lunes, 31 de mayo de 2010

ABURRIDOR INICIO DEL ANIVERSARIO EN LAS VENTAS NI SIQUIERA HUBO SALUDOS AL TERCIO


Miguel Tendero al natural en el sexto de la tarde/Foto: Cabrera
MARIO JUÁREZ | Las Ventas (Madrid)

Los de los puestos de pipas tuvieron hoy la oportunidad para hacer su agosto. Si a la entrada los casi cuarenta grados hacían pagar medio sueldo por una botella de agua, a la salida podrían haberse hinchado a vender cúter o cualquier objeto cortante. La tarde para abrirse las venas, sin paños calientes. Sofocante la temperatura, soporífero un encierro sin casta ni motor aunque muy noble y desesperante la actitud de los toreros que se empeñaron en pegarle pases y más pases a toros que no embestían. El toreo moderno, vamos.

La corrida de Valdefresno tuvo fachada, lustre y porte. Sólo eso. También nobleza, excesivamente dulce en los toros que mejor se desplazaron -el lote de Tendero- pero sin llegar nunca arriba, sin la emoción o el fondo de raza que los toros charros lucieron, por ejemplo, en Valencia. Y en Madrid, veintisiete días después de comenzar una feria de pesadilla, eso no vale para nada. Más que para tirarse por el puente de la M-30, si acaso.

Los de Valdefresno acudieron con fijeza al caballo, alguno empujó con buen son pero llegaron a la muleta, casi todos, afligidos y muy a menos. El lote de Pinar, por ejemplo, fueron dos borricos sin emoción alguna. Por aquí y por allí pasaban cuando pasaban, sin maldad, es cierto, pero sin decir nada tampoco.

Con los dos planteó el albaceteño faenas muy largas. Desde el minuto uno se metieron con él y no lo dejaron hacer. Tampoco es que hubiera mucho material para ello, pero la colocación al hilo la censuraron desde el primer muletazo. Y mucho más cuandoRubén, que había toreado con temple y buen aire a la verónica a su primero, se puso pesado con el quinto, un toro que se distrajo siempre, que se puso a pajarear y que no quería tomarla. Y aun así pasaron diez minutos.

Otros tantos se lío pegando pases Diego Urdiales con el cuarto. Otro toro sin alma con el que la faena se hizo eterna. Cambió terrenos tratando de buscar la querencia del animal, pero ni por esas. Hubo además demasiados enganchones en el primer tramo, porque el toro se defendía y salía siempre con la cara por las nubes. Y aun así duró tela la cosa.

El primero se dejó algunas series y transmitió un poquito más, sobre todo por el derecho. Urdiales tiró de técnica pero sin pasar la línea, sin arrear él bien de verdad. Y todo quedó en tablas, como si nada. Hubo dos series buenas por la diestra, pero no fue cosa de tirar cohetes. Al menos sí de dar sensación de que aquello no trataba de amontonar pases. Como fue.

El lote de Tendero fue el más agradecido. El tercero tomó la muleta con buen aire pero sin raza. Tampoco la puso el manchego, que pegó muchos pases sin enfibrarse de verdad, sin poner la salsa que necesitaba el guiso. Hubo muletazos buenos y largos, muchos en la pala, pero aquello no transmitió arriba.

De los seis toros, el más claro fue el sexto. El toro, al que simularon la suerte de varas como a toda la corrida, llegó a la muleta con treinta embestidas buenas, templadas y por abajo. Por ahí trató de llevarlo Tendero que, como en su primer turno, se amontonó demasiado y no puso la chispa que no tenía el toro y que tanto y tan bien le valió el año pasado. Para colmo, la gente no estaba como para apoyar la cosa, sino para salir huyendo despavorida.

LAS VENTAS, 31 DE MAYO

1ª Feria Aniversario. Tres cuartos de plaza.

Toros de
Valdefresno, desiguales aunque correctos de presentación, bajos de raza. 1º, 3º y 6º, nobles aunque sin fuelle.

Diego Urdiales, silencio y silencio tras aviso.
Rubén Pinar, silencio y silencio.
Miguel Tendero, pitos tras aviso y silencio.

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