viernes, 17 de septiembre de 2010

COLOMBIANO JUAN DUQUE EN HOMBROS EN TORDESILLAS (ESPAÑA)


PABLO BELANDO Y JUAN DUQUE, A HOMBROS EN TORDESILLAS

NUESTRO JAEN 16/09/2010 PABLO BELANDO Y JUAN DUQUE, A HOMBROS EN TORDESILLAS
Author: Jesús López Garañeda |
El colombiano Juan Duque (oreja y oreja) y el murciano Pablo Belando (oreja y dos orejas) han salido a hombros esta tarde de la Plaza de Tordesillas, tras la novillada de la feria celebrada en el coso de Valdehuertos, antre tres cuartos de entrada en tarde de climatología excepcional. Luis Martín Núñez, el sevillano que completaba la terna recibió silencio y aplausos en su lote y fue atendido en la enfermería de la plaza a consecuencia de una fuerte contusión en la rodilla que daña el ligamento y la rótula, siendo trasladado en ambulancia al Hospital de Valladolid para un reconocimiento radiográfico más completo.
Se lidiaron seis utreros de la ganadería abulense de Martínez Gallardo, faltos de raza y complicados, a los que se enfrentaron estos novilleros en tarde de feria, y donde el agradecimiento y premio presidencial en forma de orejas llovió para los participantes.
Abrió plaza el novillero sevillano Luis Martín Núñez quien realizó un toreo sosegado, comenzando la faena a su primero con un pase cambiado por detrás citando desde el centro del ruedo, instrumentando después un trasteo tanto por la derecha como por la izquierda con mucho gusto y sentido estético, dominador de la suerte, en el mejor novillo de los lidiados en Tordesillas. Sin embargo, el torero, que lleva como apoderado Alfonso González, perdió la cara del toro llamado "buenafuente" en uno de los momentos de la lidia y sufrió un empellón de la res que le pudo costar un disgusto. Luis Martín, con la mano izquierda superó la dificultad presentada por el toro con un desplante, pero perfilado para despachar al animal, falló estrepitosamente con el estoque, pinchando y descabellando tras varios intentos, recibiendo el silencio de la concurrencia y algunos aplausos de ánimo.
En su segundo, un complicado y descastado novillo bautizado como "exquisito" no hizo honor a su nombre, sino que planteó más dificultades al diestro, añadiéndose la horrible lidia por parte de la cuadrilla, y que encrespó al público al pedir el cambio de tercio con tan solo una banderilla puesta en el lomo. La faena acabó con varios pinchazos, uno sin soltar, tirándose arriba y estocada caída que mandó al desolladero al animal. La gente aplaudió a Martín por su trabajo y pasó a la enfermería a ser atendido del golpe sufrido en el primero del lote, llevándole a un centro hospitalario de Valladolid, para estudio radiográfico.
Los dos triunfadores de la tarde, Juan Duque y Pablo Belando, recibieron el obsequio de las orejas, por la caridad rumbosa de la presidencia más que por lo hecho ante sus novillos. Así el murciano Pablo lidió a "modisto" y al colorado quinto de nombre "marismeño" que fue el toro que mejor se dejó hacer de todos los lidiados, aunque su fuerza fue aplacada por la disposición del picador que escabechó a la res, picándola trasero, caído y con saña, pese a la ostensible regañina del torero a su subalterno por la suerte. Como logró dos estocadas, bien es verdad que la primera caída y descabello, aunque en la segunda hizo la suerte muy bien, las orejas le llovieron al esportón. Una en el primero y dos en el colorado quinto.
El colombiano Juan Duque cortó una y una a cada enemigo de su lote. Juan estuvo poco confiado y muy andarín, moviendo los pies en exceso entre pase y pase, lidiando a "navideño" que fue brindado al público y que le dio el aguinaldo tras lograr una estocada tendida hasta el mango. Juan siempre estuvo en prevengan, muy distanciado, sin templar, parar, ni mandar como se expone en cualquier canon de tauromaquia. Echó dos bailes con los toros, demasiado separado en la suerte. Pero acertó con el estoque y eso fue suficiente para conseguir salir por la puerta grande a hombros, acompañando a Pablo Belando.
En resumen, una novillada descastada de la ganadería abulense de las Corajas, a la que tocaron más de la cuenta, por lo visto a simple vista, y en la que sólo vimos voluntad y pasos de baile en los novilleros, pese a lo cual salieron a hombros del coso, en la que el toreo, a cuentagotas y con fachenda, lo puso el sevillano Martín Núñez que resultó atropellado por el primero de su lot
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